Amanda Pierce ha conseguido un gran empleo; restauradora de arte del Museo Metropolitano de Nueva York, y un gran lugar para vivir, un espacioso apartamento en el East Side que comparte con cuatro modelos. Amanda sigue soltera porque sus relaciones anteriores terminaron en promesas rotas o infidelidades. Por fin cree haber encontrado al chico perfecto en Jim Winston, pero tiene motivos para sospechar que es culpable de un asesinato.