Maria es una niña italiana nacida a finales del siglo XIX, que pertenecía a una familia muy humilde. Un sacerdote los ayudó bastante, de manera que Maria se hace muy católica, pues ve que la Iglesia ayuda a su familia.
A pesar de ser pobre, lo cierto es que Maria es una adolescente muy guapa, por lo que un chico que trabajaba con ella se enamoró perdidamente. Él la buscaba constantemente, pero había prometido morir antes que cometer un pecado.
Un día que estaba sola, el chico aprovechó la circunstancia para intentar llevarse a María a una habitación, con la finalidad de forzarla. Ella se negó, por lo que recibió catorce puñaladas, que causaron su muerte un día después.
Con el tiempo, la Iglesia la convirtió en santa, siendo venerada por muchos italianos en la actualidad. A su fama contribuyó que su madre defendiera al asesino de su hija cuando éste salió de la cárcel, afirmando que si su hija y Dios lo habían perdonado, ella también lo hacía.