A Justo, el cura, tras el escándalo de la primera parte, "El hijo del cura", es enviado a un pueblo montañoso y frío, nada que ver con el pueblecito costero de agradable clima donde ejercía anteriormente. Nota que la gente joven de su nueva parroquia no va a la iglesia, y al preguntar el motivo, le dicen que todos saben que tiene una hija con una feligresa de la parroquia anterior. Justo intenta deshacer el entuerto, con tan mala suerte que en su parroquia y bajo secreto de confesión le entregan un niño que complica más la situación, ya que él cree que es "su" hijo.